-¿Qué tiene de novedad que vallan
esos maricas de cabello largo?-me fastidiaba que dijera siempre eso, es como si
me dijera que tome fotos a Beethoven. Mi padre rió ante ver mi rostro–Tu bien
sabes que odio ese tipo de música y nunca cantaría, ¿crees que se interesen en
mi?-. La cara de felicidad “orgullosa” típica de mi madre con su trauma de
“tengo una hermosa hija” opacó mi súper respuesta. –Pues ojala que no lo hagan…
ojalá que ni siquiera se atrevan-. Dije viendo a los ojos a mi mama, haciéndole
torcer la boca.
-¿Cuándo vas a dejar de escuchar
tu música de viejitos?-dijo triste, pero era la verdad, mi mamá ya se había
fastidiado de la música clásica.
-Dentro de unos años te apuesto
que esas canciones de “Rock” se convertirán en “viejitas” mientras que Mozart,
Beethoven y Vivaldi nunca pasaran de moda pues es música ejemplar y clásica,
fueron quienes inventaron todo esto. Ellos son buena música, los Beatles esos
son solo tendencias…. “ROCK N’ ROLL” que patético nombre ¿Por qué mejor no se
llevan a Lilian a los estudios? Ella sabe de eso..-
-Es fan y me despedirían si no
guarda discreción y sabes que tu hermana es nada discreta, aparte tu sabes
tocar guitarra, bajo eléctrico, piano y batería. Tu hermana no.- dijo mi padre
tomando su abrigo en señal de “ya nos vamos”. Me enfurecí y corrí por mi cámara
y mi pequeña mochila negra donde guardaba mi agenda, también tomé mi guitarra
Gibson electroacústica nueva. Salimos directo a los estudios de grabación.
-Llegamos- dijo mi padre
emocionado, y tomé mi estuche negro donde guardaba mi guitarra. Caminamos,
subimos las escaleras no se cuantos pisos y llegamos a un salón muy grande, y
lo primero que me atrajo fue ese gran piano negro, corrí y comencé a tocar
“Donawellen Walzer” de Joseph Ivanovich, me aburrí y la acoplé con alguna
sinfonía de Mozart.
-Tocas demasiado bien ese piano
para ser chica, ¿Qué tal sabes de guitarra?- decía uno de esos melenudos. Su
cabello era largo y rubio, su mirada penetró la mía, sus ojos miel eran lindos
aunque el era feo, su nariz era respingada/puntiaguda y tenía labios muy finos.
Sentí como me acosaba con su mirada, apuesto a que hubiera dicho “chica
patética y hermosa”
-Se poco, mi padre me enseño, pero
no daré demostraciones-
-¿Norman? ESE NO SABE NI TOCAR UN
F#m.- Dijo con ironía, algo que me cayó muy mal.
-Préstame esa maldita guitarra!-
dije gritando y arrebatando esa Gibson semiacustica igual a la mía. Comencé a
tocar “Till There Was You”. El solo cruzo los brazos, cuando termine le regresé
su guitarra.
-No tocas tan mal para ser chica,
aunque te faltó cantarla.- dijo en tono burlón. –Pero mi madre tocaría mejor
que tu- dijo con cierto orgullo. –Pues dile a tu madre que te toque la guitarra
y que te cante, asi que no me molestes- le aventé mi guitarra y me levanté de
mi lugar y me dirigí al sillon. Sentí como ese super autoestima se convertía en
mierda al ver su rostro de tristeza. Yo solo me senté en el rincón más alejado de
ese chico, el solo se acercó a mi para molestarme.
-Carolyn, ¿Con cuántos te has
acostado?- dijo con una cara de perversión y yo solo saque mi agenda y tomé mi
cámara. -Te apuesto a que eres solo una niña de 15 años que no sabe hacer nada,
te puedo enseñar a follar- dijo John riendo. Tomé el puño de mi mano, pero mi
padre solo me miró preocupado. Me mantuve; si le hacía algo, terminaríamos en
la calle.
-Te apuesto a que si no te callas
te romperé tu maldita cara de estúpido- Todos voltearon a verme, con cara de
“WTF?”, creo que ni una chica asi se habría negado a hablarle a ese tipo.
Recogí mis cosas y me dirigí al piano, donde me puse a dibujar cualquier cosa
en mi agenda. Recordé que traía mi cámara colgada y comencé a tomar fotos. Lo
único que me gustaba de ese lugar, es aquel chico de ojos avellana pero tenía
novia, y era una actriz, asi que ni modo. También me encantaba ese piano, era
hermoso y grande y con un sonido muy bueno. George Martin me pidió tocar el
piano en una canción, creo que se llamaba “Not a second time”, y me pidió tocar
“I wanna be your man”, pero nunca había tocado un órgano Eléctrico, no creí que
existieran, pero Martin me dijo que después me enseñaba a utilizarlo. Ese día
también grabaron otras canciones de “With the Beatles” pero me enamore de Not a
Second Time, no eran tan malas canciones después de todo. Terminó el día y
recibí mi paga, ya era tiempo de regresar a casa. Pedí a The Beatles que me
firmaran una hoja de mi agenda, como recuerdo… John escribió en otra hoja:
“Perdoname Ann”.