Era 1964, “tiempo de que The
Beatles grabaran una película” según el gay bastardo de Epstein. Y decía que se
llamaría “Beatlemanía” esto fue lo que pasó aquel día:
-¿Qué? ¿BEATLEMANÍA? ¿Acaso todo
lo que haces es tan gay?- dijo John enojado ante el entusiasmo de Epstein, pero
era la verdad, no era muy buen titulo para una película.
-¿Cómo le pondremos John?- dijo
Paul fastidiado ante todas las propuestas. –¿Y que piensa la diseñadora y
fotógrafa oficial?- dijo John entusiasmado en que diera alguna respuesta.
-Pues… Dices que Paul y tu
hicieron una nueva canción, para mí es muy buena canción claro, y pues pienso
que si van a hacer ese albúm que se llamará…?- dije con duda señalando a John.
–A Hard Day’s Night- dijo con una sonrisa convincente. –No sería mala idea que
le pusieran “A Hard Day’s Night” a la película, pues asi harían un poco de
promoción a las canciones de dicho álbum en la mencionada película y tendrían
un poco de mas ganancias. ¿Qué les parece?-. Todos se quedaron pasmados ante mi
“fabulosa” idea, Brian sonrió y comenzó a aplaudir. John me abrazó y me susurró
en el oído: -Eres una genio-.
Ese mismo día, Paul me invitó a
cenar. Me puse aquel vestido color blanco que me había regalado John y aquel
collar de cristal hermoso. Llegó por mí a casa, mi madre no cabía de la
alegría, pero eso sí, tuvo que distraer demasiado a mi hermana. Salí y me dijo
el típico alago de cualquier hombre manipulador y guapo que no tiene nada de
relaciones en serio: “Te ves muy hermosa”. Subí a su hermoso automóvil y condujo
hacia algún restaurante lujoso. Terminamos de cenar, el me llevó hacia un
edificio enorme… Era un hotel de 5 estrellas.
-¿Qué hacemos aquí McCartney?- el
solo puso un dedo sobre mis labios y me ayudó a bajar de aquel automóvil, el
tomó mi mano y nos dirigímos al elevador, talvez era lo que pensaba… Quería
fornicar conmigo. Y asi fue…
-Ya dime Paul- le dije furiosa
soltándome de el cuando apenas abrió la puerta del apartamento. Se acercó a mi
y tomó de mi cintura. –Shh, solo pasaremos un muy buen rato.
-No Paul, eso no. ¿Acaso estas
loco? TIENES NOVIA… Te veo luego McCartney- dije mientras le daba la espalda y
me dirigía a las escaleras, corrí hacia la salida y me quité esas zapatillas
finas blancas dejándolas en la banqueta humeda. Después de caminar bastante, me
cansé y me senté en aquella acera humeda. Comenzé a llorar, mientras que sentía
como aquellas gotas de agua comenzaban a mojarme poco a poco. Desbaraté aquel
peinado que tardé horas para arreglar.
Era mala idea enamorarse de un chico de ese tipo, fue solo mi culpa.
De pronto sentí que un abrigo
cubría mi cuerpo húmedo y la brisa helada dejaba de tocar mi cuerpo. Ese aroma
fresco y dulce de su perfume. Me entregó mis zapatillas estropeadas por el agua
para después sostenerme entre sus brazos convirtiendo esa desolación en una cálida
felicidad.
-Lo siento por las zapatillas-
dije mientras me abrazaba.
-No te preocupes, es nada,
después te conseguiré otras iguales o mas bonitas- dijo susurrándome al oído.
Vió mi cara de”¿Qué esta haciendo aquí?, y respondió a mi expresión –Sabía lo
que planeaba Paul, asi que decidí seguirlos y casi te perdía de vista, Paul
tiene auto-.
-No te hubieras molestado Lennon-
dije respondiendo a su abrazo. Al siguiente día, visité a Pattie en su
apartamento.
Buaa! Me gusta!! En serio!! Seguílo por fa!!
ResponderEliminar